Sus críticos aducen que las tácticas de publicidad y las políticas de precios fomentan el consumo excesivo de alimentos ricos en calorías y escasamente nutritivos.
Su papel energético es útil para aumentar las calorías de caldos, sopas, purés o ensaladas, enfocado a preparar platos hipercalóricos para personas desnutridas e inapetentes.
Aportan calorías sin grasa mala, junto a una pequeña cantidad de proteínas que, combinada con las legum-bres, también baratas, se complementan y adquieren buen valorbiológico.