Muertos breves cierra así el ciclo de sus símbolos, con una maroma, una pirueta sobre el agua de vida, volatineros que hacen girar el pan (dero) de la noche.
Es entonces cuando la narración pasa a otro personaje, que muere también pero sigue contando unos breves minutos, como narradora omnisciente, cerrando finalmente el largometraje.
Su producción cuentística abarca casi un centenar de relatos breves donde ha desarrollado una variedad de situaciones en las que intervienen las clases medias limeñas.
También administrados durante períodos breves, estos medicamentos pueden servir para encoger los fibromas antes de una operación quirúrgica, tal como la miomectomía.