El motivo de su enfurecimiento con el cargo es el hecho de que, incluso dentro de los estándares de la industria, las palabras arquitecto y arquitectura están muy vagamente definidas.
Me irrita toda facundia, todo lo difuso y vagamente exaltado, lo ambiguo, lo innecesariamente morboso de una novela, de una biografía, de una exposición intelectual.