Esta predisposición tiene su parte positiva, como forma actuar ante situaciones extremas que necesitan de reacciones impulsivas para protegerse o proteger a alguien cercano.
Con estas reacciones impulsivas y rimbombantes, nuestra dirigencia pretende revertir, simular, reparar la desidia, la ligereza, la venalidad con las que suele ejercer su autoridad.