El hombre tiene diversos bienes: fisiológicos (la salud), materiales (riqueza y confort), éticos, artísticos, intelectuales, cuyo usufructo hace agradable la vida.
Si el usufructuario hubiese hecho asegurar un edificio consumido en un incendio, el usufructo continúa sobre la indemnización que se le hubiese pagado.