No pusieron baranda y el estilo fue de la época a excepción de unos tablones rompeolas en proa que más tarde se demostraron completamente innecesarios.
Se oye por todas partes el ruido de las tenazas y los cortafríos que rompen las alambradas y se echan tablones encima de las estacas que las sostienen.
Estos tablones, presumiblemente, pudieron haber estado ajustados a las puertas laterales de las jambas, por algún sistema de grapas, hechas con cordones trenzados.