No tenemos que ser eminentes abogados, ni extraordinarios sicólogos, ni siquiera sociólogos de carrera, para descubrir la fuente mayor de casos criminales.
También había empezado incipientemente la carrera de sociología e hice la admisión, no porque quisiese ser sociólogo, sino porque quería pensar además de tocar música.
Nadie puede llevar en cuenta cuántos sociólogos o filósofos han incurrido analíticamente en la implicancia del pensamiento colectivo que genera el fútbol.
Pongámonos en sociólogos y seamos por un momento, quienes vigilan a los vigilantes, critiquemos al criticante (palabra que invento nomás para que rime).