Los caminos estaban hechos de tablones como de 18 pulgadas que al igual que las viviendas, se sostenían con socos, los que se enterraban en el babote o fango.
Para poder llegar a estas, había que caminar mucha distancia por los puentecillos de madera como de 18 pulgadas, suspendidos sobre el babote, por socos de madera.