A fin de cuentas, son incorporaciones que están siempre semidormidas, que efectivamente van toda la vida con nosotros, aunque no siempre vuelvan, aunque no siempre se resignifiquen.
La situación paradójica de multitud de individuos hoy en día es que están semidormidos durante el día, y semidespiertos cuando duermen o cuando quieren dormir.
Entran en ambulancia a la guardia, y hasta que los tranquilizan se necesita protección (suponemos entonces que el hombre semidormido y vestido de azul era policía).