Hay pues, no solo confortamiento narcisista sino construcción cultural de una idealidad identitaria remozada, proyección hacia adelante en andas de lo logrado por estos selectos jugadores.
No estás a la altura de esos sitios selectos donde te ofrecen su pastel de cabracho y su sorbete templado de muselina confitada con arándanos silvestres, mira que eres zafio.