Este hecho puede apreciarse en la superposición de estilos artísticos presentes en su fábrica, que va desde el primitivo núcleo visigótico, hasta el mozárabe y la posterior obra románica.
La portada conservada, austera y sencilla, tiene un arco equilátero y tres arquivoltas, y una decoración vegetal sencilla y animalista de tradición románica.