Casi lo había sacado del todo... pero de pronto sintió que no solo aquella peligrosa mujerlo miraba, sino que cada persona cercana a él relojeaba lo que hacía.
Estaba verde, eso sí, y había momentos en que parecía que vos lo pinchabas con un alfiler y reventaba como un sapo, porque yo lo relojeaba a cada momento.
Estaba verde, eso si, y había momentos en que parecía que vos lo pinchabas con un alfiler y reventaba como un sapo, porque yo lo relojeaba a cada momento.