Para ser consistente, es necesario que las dos narrativas (la democracia participativa y la inclusión social intercultural) retomen el dinamismo que alguna vez tuvieron.
De esta forma un cambio en la democracia participativa significa cambios profundos en la economía de la ganancia o la crematística (con sus presupuestos de calidad, productividad, eficacia y eficiencia).
La meta es continuar las luchas en los territorios apoyándose solidariamente y difundir las herramientas ciudadanas anti-represivas y de democracia participativa.