Este litometeoro consiste en la suspensión de partículas secas en la atmósfera, extremadamente pequeñas, invisibles a simple vista y bastante numerosas para dar al aire un aspecto opalescente.
Redomas ventrudas y repletas de emulsiones opalescentes y de líquidos herrumbrosos, exhalan esos relentes ácidos, cuya aspereza anuda la garganta y pica en la nariz.