Se trata de una nariz monstruosamente grande como un elefante con las patas arriba; pero simultáneamente, el narigudo era como una elefante por encima de la boca.
Este catalán narigudo, apasionado anglófilo, novelista autodidacta, coleccionista de vinilos y entusiasta sin límites del vermut, tiene una facilidad para escribir que emociona.