El intelectual formula su teoría en una prosa hermética, que deberá ser interpretada por legiones de adoradores y hermeneutas, y la difunde por cuanto canal tenga a tiro.
Ambos trastornaron el cacumen de versátiles legiones de izquierdas y derechas, pulverizando la noción de sentido en lo político, ideológico, social, institucional, histórico y cultural.