Fantasmas de un pasado querido, tan querido que mi corazón latía como si fuera a estallar, me tendían brazos impotentes, como esas sombras que Éneo encuentra en los infiernos.
Un buen día, accediendo a un parking público, en el sótano - 5 (no lo olvidaré en la vida, era como bajar a los infiernos) aquello empezó a echar humo.
Cuentos de aparecidos y de seres espectrales que pueblan las noches en busca de trasnochadores a los que arrastran a las profundidades de los infiernos.