Esa forma externa de comportarse es arrogante, prepotente, sabelotodo, irrespetuosa, denigratoria, porque de esa forma tapan y compensan sus sentimientos profundos de inadecuación y de baja autoestima.
Señalemos que el término imperialismo es, en este contexto, puramente descriptivo, y no tiene necesariamente una función denigratoria, aunque haya sido utilizado con ese propósito en las pasadas décadas.
Por cierto, primero es necesario constatar que efectivamente haya una imputación denigratoria que lesiona injustificadamente el honor del ente colectivo.