El problema es que no se puede contentar a todos todo el tiempo, como tampoco se puede estar cambiando una constitución en función de variables demoscópicas.
Más allá de estas simpáticas circunstancias, no obstante, topamos con una maraña de estudios demoscópicos generalmente separados por países y dedicados a medir cosas distintas.
Está convencido de que tiene las herramientas para ello: una mayoría absoluta (parlamentaria, ya no demoscópica) y la capacidad de determinar las carreras políticas de díscolos dentro de su partido.
Es importante, porque las encuestas on line son prácticamente gratuitas, y de validarse su funcionamiento se produciría una verdadera revolución en el mercado demoscópico.