Esta función preservadora o conservadora de la educación es acentuada por un grupo de teóricos clasificados filosóficamente como humanistas y clasicistas racionales.
El mantenimiento de la proporción y las medidas de los edificios clasicistas colindantes es sintomático de la manera de proceder del arquitecto navarro.
En su tiempo tenía gran aceptación por el pueblo, mientras despertaba críticas airadas entre los poetas que respetaban las tendencias de la poesía clasicista.