Está recubierto de una cáscara gruesa, carnosa, despegada del endocarpio, de color amarillo o rosáceo, con glándulas oleosas pequeñas y muy aromáticas, rugosas.
No es muy común, pero según los quirománticos, si su presencia va acompañada de una mano carnosa, la persona resulta muy atractiva a los ojos de los otros.