Acá la descentralización (el asambleísmo) llegó en el momento de mayor desintegración social y económica del país (crisis del 2001) y no solucionó nada.
El reto está en generar en los partidos políticos instancias que permitan a los jóvenes desarrollar actitudes democráticas e integradoras, minimizando el asambleísmo y el burocratismo partidario.
Eso lo marcó internacionalmente y ha aprovechado ese acto para enmendar, aunque continuó con su discurso revolucionario y su menosprecio subliminal al parlamentarismo; lo que quieren es asambleísmo popular.