Luego de haber transitado a través de varios vagones, cansados, acezantes, si bien aliviados, encuentran sus respectivos lugares, pero, ahora, la sed se torna de veras inaguantable.
Seguía una mujer embarazada que llevaba de la mano un niño casi a rastras, ambos acezantes, y luego un anciano que avanzaba con el apoyo de en un bastón.