Fue en el año 2000 cuando un par de misionarios cristianos que recorrían la zona reportaron el hallazgo de una planta atrapadora de dimensiones poco usuales.
Ninguna novela está enteramente libre de improbabilidades y los lectores se han acostumbrado tanto a las más usuales que las aceptan como cosas rutinarias.
Eso es lo que suele indicar tanto la parte interesada (los viñateros) como los conocedores (la crítica, el sommelier) que son a la postre consumidores avezados y usuales de vinos.