Comparada con las operaciones pirometalúrgicas, la lixiviación es un proceso mucho más sencillo y mucho menos dañino, pues no ocurre contaminación gaseosa.
Los torcales, reliquia de las lixiviación postglaciar, se suceden como las cuentas de un collar, como imponentes gigantes abandonados alrededor de esta simpática ciudad.