De ser el caso, ojalá también, luego de que la justicie desvirtúe las acusaciones, sean castigados como sea procedente, quienes inventaron esta truculenta historia.
El maltratador se vale para ello de insultos, acusaciones, amenazas, críticas destructivas, gritos, manipulaciones, silencios, refunfuños, indiferencias, frialdades y desprecios.
Este punto de vista se entroncaba a la perfección con la crítica al nacionalismo del primer volumen y suponía un eficaz antídoto contra las acusaciones de los germanistas.