Las experiencias de quienes lo viven nos prueban que al menos dos de los modos más poderosos de conectar son asombrosamente simples: gratitud y visualización.
Para observar el interior del recto y obtener una muestra de tejido de cualquier úlcera que se encuentre puede utilizarse un rectoscopio (tubo flexible de visualización).
Hoy en día, las iteraciones modernas de estas imágenes de sobreimpresión utilizan este efecto divergente y hacen visible dependiendo del color de lente seleccionado para su visualización.