En la antigüedad el poeta, cuya etimología significa vaticinador (de ahí vate), era considerado signo de entendimiento sobrehumano: un loco clarividente.
Nunca antes ha habido un vaticinador, futurista o profeta cuya visión haya descrito con tanta precisión los rasgos críticos de la actual escena humana.
Los datos de la encuesta indican que el nivel de instrucción - - la cantidad de escolarización que ha completado un individuo - - es el mejor vaticinador individual del conocimiento religioso.