También son capaces de metabolizar nuestras expulsiones gaseosas, aspirando con cara de asquito y ojos lujuriosos cuanto trompetazo se cruce en su camino.
Y si, de vez en cuando apariencias de susto a base de chillidos y trompetazos para dificultarnos la siesta pero ni asi evitara que cerremos los ojitos y... zzzzzzzzz.