Mimito timonea su propia campaña, pero no puede timonear a su partido porque no está incrustado dentro de su engranaje jerárquico y esa es una desventaja mayor para sus aspiraciones.
Mientras tanto, el desesperado capitán solo atina a jugar más duro, a timonear sin pericia y a buscar, en medio del oscuro horizonte, algún culpable del naufragio inevitable.