Nada nos enfrenta a nuestros prejuicios y obliga una reflexión que muchas veces por comodidad arrinconamos entre los tiliches de los pensamientos para después.
Si tienes un closet de sobra, o un recoveco en la pared, puedes aprovecharlo colocando repisas (excelentes para organizarte y guardar tiliches), o también haciendo una mini oficina.