Los preparativos comenzaban en la mañana tempranito: se hacían carreras de ensacados, al palo ensebado y otros entretenimientos; los chiquillos nos metíamos en todo.
Pero los billeteros que habían salido tempranito a las aceras de los comercios que estaban frente a la bahía pudieron presenciar en primera fila lo que sucedía mar adentro.