Ajustamos en el mástil de los días, fuertes lazos de fraternidad, respeto, verdad y justicia, que nos permiten capotear vientos y tempestades, sin temer naufragios o soledades.
Me gustaría que siempre recordáramos que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.