La compatibilidad de ambas posiciones es quizás más clara cuando observamos que ambas comparten un mismo adversario: la posición tecnocrática que es posible intervenciones neutrales.
El estado no debe tener una moral que ataque las libertades induviduales, pero la ausencia de moral eliminaria cualquier decisión que no fuese meramente tecnocrática.
En su mundo, todo problema social se resuelve creando una instancia tecnocrática de nombre rimbombante, con eslóganes redentores y una partida presupuestaria infinita.