Bellas imagenes en semioscuridad, escubren la dulzura de aquella mujer rigorosa y exigente que se derrite ante el amor de su vida, sumido en fase final.
Trataba de penetrar su cara en la semioscuridad del amanecer, mientras nos alejábamos de la costa, cada vez que me echaba hacia adelante para impulsar los remos.
Cerraron la puerta tras ellos y continuaron caminando en la semioscuridad; los llantos los escucharon entonces en las escaleras, parecía que se alejaban rápidamente.