Acuchillado por cartones crediticios, sepultado bajo grandes masas de facturas impagas, olvidado y reducido a fantasmita plebeyo, a lumpen poético, a ex empleado desagradecido.
En verdad, pocas especies ornitológicas pueden ofrecer una muestra tan variada de gorjeos; porque aquello es música para reyes oficiada por un excelso intérprete vestido como plebeyo.