Con ello se consigue que de lo que podía haber sido una rave con un pinchadiscos prometedor, buen rollo y noche agradable, se pase a karaoke, gritos estridentes y estupor.
Con buen oído y buenos gustos musicales de toda la vida, orgulloso de una modesta reputación como pinchadiscos en discobares y algún que otro sitio más.