En un guiso de cocina puede haber decenas de olores diferentes, una mezcla compleja de numerosas moléculas odoríferas que resulta imposible discriminar.
Después llevaron a cabo experimentos de estimulación del olfato para confirmar que esta vía, en realidad, era activada por la señal odorífera apropiada.
Ya saturados con las esencias, se hacen evaporar; pero es imposible eliminar del todo el residuo químico, en forma de elementos y moléculas odoríferas.