Esta ideología, perseguida obsesivamente por el franquismo, fue aceptada con todos los parabienes del progresismo sin calibrar a priori lo que late en ella de involucionismo.
Así que tanto genetistas como zoólogos buscan obsesivamente encajar sus descubrimientos en la clasificacion binomial linneana para definir qué es una especie.
Tratan obsesivamente de buscarles algún punto débil o defecto, que haga comprender a los hombres, que su aparente perfección física, flaquea por alguna parte.