Pero éste ejerce un poder estrictamente monárquico, casi constitucional; y aquélla es una mujer terca, obsesionada con el derecho mítico de ultratumba.
Su gestualidad, por momentos, ilusa y obsesionada, que condensa, inconfundibles destellos de candorosa ternura ensoñadora, representando su rasgo más extravagante y peculiar.
Otro ejemplo fue cuando me encontré obsesionada por recuerdos de todas las cosa horribles (yo pensé) que mi ex-esposo hizo antes y durante nuestro divorcio.