Históricamente, el término neurolingüística se ha asociado a menudo con la afasiología, el estudio de las carencias lingüísticas causadas por formas específicas de daño cerebral.
La neurolingüística permite influir sobre el otro de una manera muy sutil, manteniendo los mismos preceptos de la conversación pero con una actitud más perceptiva.
Y, últimamente, se hizo popular la programación neurolingüística, que busca intervenir en los mapas representacionales de cada persona durante la comunicación humana.