Un claro ejemplo de esto es el modo en que despliega las contradicciones ideológicas inherentes a las relaciones de poder y dominación del neocapitalismo.
Por eso el neocapitalismo no podía limitarse a un avance gradual sino que tenía que realizar un ataque frontal decisivo según la lógica de esa estrategia.
La transformación del horizonte de presuposiciones y expectativas promovida por el neocapitalismo liberal se articula con la emergencia de una razón comunicacional.