Esta situación en plena adolescencia me llevó a enojarme con mi mamá, reprochándole por qué había tenido hijas con un narigón, si probablemente, alguna de nosotras, saldría narigona.
Gelma lo que más comercializa son machetes (demasiado pesados y difícil de afilar), cántaras para leche, ropa basta, monturas, bastos, frontones, argollas para narigones, polainas y yugos, entre otros.