Sé que liberándonos de culpas, estereotipos, machismos, mojigaterías, prejuicios decimonónicos, dietas, anorexias y moralinas absurdas podríamos ser personas más felices.
Si todos los abogados antepusieran mojigaterías como la que son expresadas continuamente en aras de la moral, ningún acusado podría contar con un abogado.