Este animal ha sido también proverbialmente asociado al septentrión, y las razones para ello tienen, en el fondo, poco que ver con el hábitat tradicional de sus merodeos.
Lo importante es diferenciar ese merodeo ocasional con la presencia cercana de un avispero que requeriría su pronta localización y su eliminación profesional.
Y se lo cuento porque ayer, precisamente, en uno de mis merodeos por una librería, vi que el último que han publicado ya llevaba la etiqueta de segunda edición.