Me bastó chequear el primero de ellos para darme cuenta de que el resentimiento y la matonería jamás formarán parte de ningún discurso que se respete como tal.
La matonería, de los superpoderosos quienes, solamente robando pueden mantener semejantes ejércitos de seguidores ambiciosos, peligrosos y ciegos decididos a mantener como sea a su jefe corrupto, corruptor y matón.