Esta premisa, que usará magistralmente para demostrar que el latifundismo como fenómeno económico nace en la colonia, no era en realidad sino una constatación.
No es mi ánimo discutir ese discurso; doy por sabido que en él trata usted magistralmente los arduos problemas políticos y sociales de nuestro país, ideando las más galanas soluciones.