Esta novela es un libro de humor: lo que no significa que sea un amontonamiento de chorradas, una recopilación de sandeces o un florilegio de mamarrachadas.
En otro momento y en otro lugar podría haber sido un debate filosófico intrascendente, una discusión de capilla, un florilegio técnico sin mayores consecuencias, ni intelectuales ni políticas.
Y mientras nos entretenemos con estos florilegios tan fuertemente publicitados, defendidos por grandes especialistas de la industria y las universidades, seguimos perdiendo ese precioso tiempo que necesitamos para adaptarnos...