Esta circunstancia exige mantener una vigilancia continua de la actividad volcánica, así como desarrollar medidas de prevención ante una posible crisis eruptiva.
Además, hay fiebre alta, tos imitativa, conjuntivitis, enrojecimiento de las amígdalas y se complica con enfermedades eruptivas como el sarampión, rubéola, varicela y escarlatina.
Entre estos se encuentran: dengue, hepatitis viral, leptospirosis, tétanos, fiebre tifoidea, enfermedades eruptivas (sarampión, rubéola, varicela) y meningitis.