Comprobaron que las psicosis paranoides a base persecutoria e hipocondríaca se mantenían estables estadísticamente, en cambio las erotomanías habían descendido de forma significativa.
Pero con frecuencia, cuando la psicosis está desencadenada, el terapeuta suele ser, en algún momento, situado por aquél entre dos polos: el de la persecución y el de la erotomanía.